PARÍS.- Un extraordinario descubrimiento asombra a los astrónomos del mundo: una estrella pequeña ha sido clasificada como la más rápida de la Vía Lactea gracias a que viaja a casi dos millones de kilómetros por hora, pero eso no es todo lo sorprendente: lleva a cuestas un planeta.

Si se confirma, la pareja establecería un nuevo récord para el sistema de exoplanetas que se mueve más rápido, casi al doble de la velocidad de nuestro sistema solar a través de la Vía Láctea.

Creemos que se trata de un mundo llamado superneptuno que orbita una estrella de baja masa a una distancia que estaría entre las órbitas de Venus y la Tierra si estuviera en nuestro sistema solar”, dijo en un comunicado Sean Terry, un investigador postdoctoral en la Universidad de Maryland, College Park y el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Y sí, si la estrella fuera del tamaño y del poder de nuestro Sol, a esa distancia el planeta estaría en una zona habitable, salvo por el detalle que es un astro débil.

Un artículo que describe los resultados, dirigido por Terry, fue publicado en The Astronomical Journal.

El par de objetos fue detectado por primera vez indirectamente en 2011 gracias a una alineación fortuita. Un equipo de cientícos revisó datos archivados de MOA (Microlensing Observations in Astrophysics), un proyecto colaborativo centrado en un estudio de microlente realizado utilizando el Observatorio Mount John de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda, en busca de señales de luz que delaten la presencia de exoplanetas, o planetas fuera de nuestro sistema solar.

La microlente se produce porque la presencia de masa deforma el tejido del espacio-tiempo. Cada vez que un objeto intermedio parece desplazarse cerca de una estrella de fondo, la luz de la estrella se curva a medida que viaja a través del espacio-tiempo deformado alrededor del objeto más cercano. Si la alineación es especialmente cercana, la deformación alrededor del objeto puede actuar como una lente natural, amplicando la luz de la estrella de fondo.

En este caso, las señales de microlente revelaron un par de cuerpos celestes. Los cientícos determinaron sus masas relativas (una es aproximadamente 2 mil 300 veces más pesada que la otra), pero sus masas exactas dependen de la distancia a la que se encuentren de la Tierra. Es algo así como cuando cambias el aumento si sostienes una lupa sobre una página y la mueves hacia arriba y hacia abajo.

El equipo del descubrimiento de 2011 sospechó que los objetos microlentes eran una estrella con una masa 20 por ciento mayor que la de nuestro Sol y un planeta aproximadamente 29 veces más pesado que la Tierra, o un planeta errante más cercano con una masa cuatro veces mayor que la de Júpiter y una luna más pequeña que la de la Tierra.

Para averiguar qué explicación es más probable, los astrónomos buscaron entre los datos del Observatorio Keck en Hawái y del satélite Gaia de la ESA (Agencia Espacial Europea). Si la pareja fuera un planeta y una luna errantes, serían prácticamente invisibles: objetos oscuros perdidos en el vacío negro del espacio. Pero los cientícos podrían ser capaces de identicar la estrella si la explicación alternativa fuera correcta (aunque el planeta en órbita sería demasiado débil para verlo).

Encontraron un sospechoso fuerte ubicado a unos 24 mil años luz de distancia, lo que lo coloca dentro del bulbo galáctico de la Vía Láctea, el eje central donde las estrellas están más densamente agrupadas. Al comparar la ubicación de la estrella en 2011 y 2021, el equipo calculó su alta velocidad. Pero ese es solo su movimiento 2D; si también se está moviendo hacia o alejándose de nosotros, debe estar moviéndose aún más rápido. Su velocidad real puede incluso ser lo sucientemente alta como para superar la velocidad de escape de la galaxia, de poco más de 1.3 millones de millas por hora, o unos 600 kilómetros por segundo. De ser así, el sistema planetario está destinado a atravesar el espacio intergaláctico muchos millones de años en el futuro.